Cómo evitar el acoso sexual por Internet o móvil
El grooming o acoso sexual por Internet, es una de las amenazas más graves a las que se enfrentan los niños y adolescentes en Internet por el daño que produce en la víctima y por lo complicado que suele ser que esta recurra a nosotros pidiendo ayuda.
Es por eso que la mejor forma de combatir o evitar a los groomers, pederastas y pedófilos en Internet es a través de la educación.
Para comenzar, debemos enseñar a nuestros hijos lo que es un pederasta, cómo detectar su perfil y cómo hacer un uso responsable de Internet para evitar ser víctima de este delito:
• Deben rechazar los mensajes de tipo sexual
• No publicar imágenes ni datos suyos con información de los lugares donde residen o frecuentan.
• Utilizar perfiles privados y no aceptar a personas desconocidas.
• No subir contenidos de carácter sexual.
• No ceder a chantajes y contárselo siempre a un adulto.
Además, hacer seguimiento de sus contactos ya sea a través de una aplicación o hablando con ellos es de materia obligada para padres responsables y concienciados de los peligros que Internet supone para sus hijos menores de edad y no debe confundirse con espiar ni invadir su privacidad:
1. Explicarles los riesgos reales de Internet.
2. Aprender en familia a manejar las nuevas tecnologías.
3. Colocar el PC en lugares de tránsito o visible y evitar que chateen a puerta cerrada.
4. Instalar antivirus y programas de navegación segura en los aparatos electrónicos.
5. Llevar un seguimiento sobre las páginas que visitan, con quién hablan y sobre qué temas (hablando con ellos y preguntando)
6. No instalar una cámara web en el ordenador.
7. Conversar con los menores acerca de sexualidad saludable y reforzar en ellos la idea de que pueden hablar sobre contenidos que le sean desagradables o les hayan incomodado.
Estos consejos son un buen punto de partida para que los niños y adolescentes no se expongan al ciberacoso de estos delincuentes.
Síntomas de que un menor es víctima de grooming
• Cambio en los hábitos
1. Tiempo o forma de uso de los diferentes dispositivos y de Internet.
2. Ausencia en clase.
3. Abandono de sus actividades preferidas.
4. Altibajos en el rendimiento escolar.
5. Cambio en las actividades de ocio habituales.
6. Modificación de los hábitos alimenticios.
7. Disminución de la capacidad y mantenimiento de su concentración.
8. Ocultación cuando se comunica por Internet o a través del móvil.
• Cambio en el estado de ánimo
1. Cambios repentinos de humor.
2. Momentos de tristeza, apatía o indiferencia.
3. Reacciones agresivas.
4. Actitud en tensión permanente.
• Cambio en sus relaciones
1. Cambios extraños de amistades o ausencia de ellas.
2. Falta de defensa o reacción exagerada frente a bromas o comentarios.
3. Miedo o negativa a salir de casa.
4. Falta de comunicación.
5. Cambios en su relación con los adultos.
6. Cambio de referentes o modelos a seguir.
• Síntomas físicos y psicosomáticos
1. Cambio en el lenguaje corporal ante la presencia de determinadas personas.
2. En los espacios escolares, ocupación de rincones, paredes u otros espacios protegidos y controlados por el menor.
3. Manifestaciones de enfermedades o dolencias frecuentes.
4. Lesiones físicas frecuentes sin explicación.
5. Mareos frecuentes.
6. Dolores de cabeza o estómago que les impiden realizar actividades normales como ir al colegio.
7. Diarreas frecuentes.
Consecuencias legales del grooming
El abuso sexual infantil a través de Internet sí está recogido en nuestro código penal. Además de una imputación por acoso y abuso sexual a menores, también se pueden aplicar delitos de fraude o falsificación al utilizar datos falsos para engañar a la víctima, modificar su conducta y perjudicarla.
Cómo actuar si un menor sufre grooming
Lo esencial para evitar el grooming, el acoso sexual y los peligros de la pederastia en Internet es mantener un grado de confianza y comunicación con nuestros hijos de manera que podamos no solo conocer cómo viven su día a día para prevenir y detectar posibles conflictos, sino también proporcionales las habilidades sociales adecuadas para que puedan afrontar el riesgo de los contactos peligrosos o simplemente pedirnos ayuda. Aprovechar, por ejemplo, alguna noticia que veamos en los medios para hablar de qué significa la palabra pederasta o conocer el perfil y cómo actúa.
Es necesario también que tanto los padres como los tutores cuenten con la información y las herramientas imprescindibles para proceder ante estas situaciones y evitar que los menores se conviertan en víctimas de pederastas y secuestros:
• Transmitir una actitud de seguridad y madurez.
• No cuestionar sus palabras y mostrar apoyo incondicional.
• No contactar con el acosador o borrar información importante de cara a las autoridades.
• No ceder al chantaje del acosador.
• Denunciar a la autoridad competente.
• Buscar ayuda psicológica para el menor y la familia.