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La sociedad digital necesita una ciudadanía digitalmente competente
Hace poco más de dos meses que el Senado aprobó una proposición no de ley sobre impartir formación en los centros educativos, en materia de seguridad digital y responsabilidad en los comportamientos en el ciberespacio a los escolares.
Esta cuestión ha sido acogida primero como algo innovador, pero también como totalmente necesario. Como os podéis imaginar el debate está servido. En nuestro país no existe experiencia en esta materia y si miramos un poco a otros países, no encontramos muchos ejemplos.
A continuación vamos a analizar dos de los casos más conocidos y que pueden servirnos como ejemplo para perfilar cómo se podría configurar el currículo.
Autora: Laura San Miguel, delegada de protección de datos.
La asignatura sobre ciberseguridad de Israel
Sabemos que por lo menos desde el año 2016, enseñan a sus niños y niñas sobre esta materia.
El contenido no consiste en saber realizar ataques, sino que se basa en la prevención del ciberacoso, el comportamiento en internet, la privacidad, el problema de la dependencia a los videojuegos…
También impulsan programas de formación para jóvenes en materia de ciberseguridad, para como ellos lo llaman “reclutar talento”.
Recordemos que Israel es una potencia a nivel mundial en ciberseguridad. Además, proponen programas específicos de formación y captación de talento entre las niñas de secundaria con contenidos dirigidos a despertar la curiosidad por el mundo IT en este colectivo.

La asignatura de ciberseguridad de Australia
En Australia se encuentran en plena renovación de su sistema educativo. Por ello han pensado en incluir varias asignaturas sobre ciberseguridad para niños y niñas de entre 5 y 16 años.
El programa en primaria se basaría en la prevención, por ejemplo, enseñar a no compartir sus fechas de nacimiento, sus nombres, dirección, etc. El uso adecuado de nombres de usuarios y contraseñas, los peligros de clicar sobre enlaces, serían también otras de las materias que incluyen para este nivel educativo.
En educación secundaria, ya las formaciones serían más intensas sobre por ejemplo cómo saber qué es un dato personal, qué datos personales pueden ser almacenados por los servicios en línea, el uso de forma sana de los videojuegos, el respeto a los demás en el ciberespacio.
Un aspecto que comentan en el periódico local The Register, es que en 2015, se tomó la decisión de incluir asignaturas de corte tecnológico (programación por ejemplo) en las escuelas y que dicho proyecto se tuvo que abandonar por falta de formación del profesorado y de recursos.
¿Cómo lo podemos hacer?
La primera cuestión es, cómo abordar esa formación en dichas competencias.
Algunos expertos aseguran, que la mejor opción es crear una asignatura cuyo contenido se base en materias relacionadas con la ciberseguridad y el comportamiento que es deseable en un buen ciudadano digital.
Estos mismos expertos, proponen al profesorado como los más indicados para impartir dichas asignaturas, previa formación en la materia, apoyándose en grupos de expertos en ciberseguridad. Incluso se baraja la posibilidad, de que estos mismos expertos, puedan realizar talleres prácticos en las aulas. Por ejemplo, para que los escolares vean en un entorno controlado, cómo se producen ciberataques.
Al final del curso, existirían unas pruebas tanto teóricas como prácticas para evaluar los conocimientos adquiridos.
Pero, no debemos olvidar que el profesorado debe estar formado en estas materias, y eso conlleva recursos y tiempo.



El caso de Australia y su proyecto Tech de 2015 nos puede dar pistas de cómo no se debe abordar el tema. Somos conscientes de que nuestros niños y niñas, son nativos digitales, pero carecen de las herramientas necesarias para comprender cómo comportarse en la red, o como prevenir riesgos cuando navegamos por internet.
Y que hoy en día es más necesario que nunca que adquieran estas destrezas ya que, los datos son estremecedores: 1 de cada 5 niños reconocen delante de sus padres haber sido víctimas de bullying*.
La pregunta es ¿está el profesorado dispuesto a formarse en ciberseguridad para poder impartir estas materias? ¿Tenemos recursos económicos y humanos para poder abordar esta tarea?
La ciberseguridad, clave para la recuperación económica
Los expertos auguran que la ciberseguridad será clave para la recuperación económica tras la pandemia ya que tanto el mundo laboral, como la escuela se han trasladado a dispositivos tecnológicos. Creen, que el impulsar este tipo de asignaturas, puede ayudar a despertar talento y concienciación entre los jóvenes mediante estos programas formación.
Pero, como ya hemos comentado en varias ocasiones, la pandemia reveló las carencias de nuestro sistema educativo en materia de seguridad informática. También nos dejó claro, que los niños y niñas, en líneas generales, están en un nivel superior respecto a sus progenitores en cuanto al manejo de las nuevas tecnologías. Además, tenemos constancia de que el profesorado, en muchas ocasiones, tiene dificultades para desenvolverse en el mundo tecnológico.



Un aspecto que creo que no se ha tenido en cuenta, es que el mundo tecnológico es tremendamente disruptivo y cambia rápidamente. Por ello, existe un grave problema si se pretende crear un currículo cerrado, ya que lo que hoy puede ser una herramienta con un amplísimo mercado, en muy poco tiempo, puede dejar de ser utilizada de forma masiva por la irrupción de otra.
Para ilustrar esta cuestión vamos a hablar un poco del juego Among Us. Para quien no lo conozca, es un juego parecido al clásico “El asesino”. El escenario es una nave espacial en la que se designan de uno a tres impostores de entre los jugadores. Éstos tienen matar a los otros tripulantes de la nave. Este juego se convirtió en un fenómeno entre streamers y espectadores batiendo records tanto de audiencia como de jugadores durante la segunda mitad del pasado año 2020. En la plataforma de videojuegos Steam, ha pasado de tener en agosto y septiembre de 2020 cifras de jugadores de más de 438.000 a poco más de 50.000 de media en enero de 2021.
Estos cambios de hábitos y tecnologías hacen necesario que los formadores estén continuamente actualizando sus conocimientos y detectando nuevas amenazas. Por tanto, se debería estar adaptando el currículo de forma constante. Todo esto hace que nos preguntemos, ¿no sería más sensato contratar a personal específico y cualificado para impartir estas asignaturas, en vez de sobrecargar de trabajo a un profesorado que per se está ya saturado?
Aún queda mucho camino para que podamos ni si quiera vislumbrar, cómo será el currículum de esta nueva asignatura. Mientras tanto, desde Segureskola, seguiremos en nuestra tarea de formación y concienciación de nuestros pequeños y pequeñas para que cada día estén más seguros.
*Dato del II Estudio sobre la percepción del bullying en España.