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¿Penalizan las pantallas digitales la capacidad de lectura?
Vivimos en un mundo de pantallas. Los niños nacen sabiendo manejar móviles y tablets y eso afecta a muchos aspectos de su desarrollo, entre ellos el aprendizaje de la lectura. De hecho, influye de tal modo que ya existe un trastorno que hace referencia a esta situación: ’impaciencia cognitiva’.
Un síndrome que afecta principalmente a las nuevas generaciones de nativos digitales que han experimentado lo que es aprender a leer en pantallas digitales, pero también a los más lectores. Y que tiene su origen en los nuevos formatos digitales (móvil, tableta, libro electrónico…) y en la forma en la que se impone una manera de leer a saltos, echando vistazos rápidos, pulsando enlaces…lo que está limitando la capacidad de lectura profunda y reacondicionando el cerebro del ser humano.
Un hecho más que está obligando a padres, madres y colegios a formarse en materia digital con programas como Segurescola o Educación Familia Digital.
¿Por qué el formato del texto cambia la capacidad de lectura?
Leer es el acto cognitivo más complejo que es capaz de hacer el cerebro. La lectura cambia los circuitos neuronales de cada persona y afecta a varias regiones cerebrales: unas relacionadas con la visión, otras con el análisis espacial, la toma de decisiones, creación de conceptos…
Esto es posible gracias a la plasticidad del cerebro, que se ve modificado por el aprendizaje. Un ejemplo de ello son los idiomas: no se ubican en el mismo espacio del cerebro el inglés, chino o español.
Estos circuitos también se adaptan según el formato del texto. Si te acostumbras a leer superficialmente y sólo practicas ese tipo de lectura, perderás la capacidad de leer en profundidad. El medio dominante prefiere los procesos rápidos, la multitarea y el desbroce de grandes cantidades de información, por lo que los circuitos cerebrales se adaptan en consecuencia.
¿Cómo afecta a los menores aprender a leer en pantallas digitales?
Hoy en día es muy común aprender a leer en pantallas digitales. Se dedica menos tiempo y atención a procesos de lectura más lentos. Lo que está provocando una incapacidad en los menores de leer con un nivel analítico suficiente y comprender la complejidad del pensamiento o el hilo argumental de textos densos.
¿Qué se pierde con ello? Imaginación, capacidad deductiva, reflexión, pensamiento crítico y vocabulario. Y , ¿en qué se convierte la lectura?:
- Lectura más pública y menos íntima: pasa de ser una actividad íntima a convertirse en acciones exhibidas y compartidas, sobre todo por culpa de las redes sociales. Lo que provoca falta de reflexión, potencia lo visual sobre lo textual y prima la inmediatez.
- Distracción: todo el mundo sabe los beneficios de leer literatura: vocabulario, cultura, capacidad de relación, empatía…Pero para conseguir esos beneficios hace falta paz y no leer a trompicones.
- Capacidad crítica: pero no todo va a ser negativo. Leer a través de pantallas permite tener acceso a multitud de fuentes de información. Lo que hace a las personas más activas y críticas.
Cómo leer según la edad
- De 0 a 2 años: uso mínimo de pantallas. Los niños a los que sus padres les leen cuentos de forma regular llegan a la adolescencia habiendo escuchado y procesado 32 millones de palabras más.
- De 2 a 5 años: uso controlado. El niños puede leer de vez en cuando en una pantalla digital para que se vaya familiarizando con el dispositivo, pero sin pasarse.
- De 5 a 10 años: el niño debe trabajar los textos impresos y digitales por igual, sin descuidar las lecturas en voz alta con un adulto.
- De 11 años en adelante: deben reservar un tiempo cada día a la lectura lenta y placentera. En cualquier formato pero sin distracciones. De esta forma desarrollarán los circuitos neuronales necesarios para leer en profundidad.
La clave: Bialfabetización
Los expertos aseguran que la clave para aprovechar los beneficios de las dos formas de lectura es desarrollarla tanto de manera superficial como reposada. Es decir, aprender a leer en pantallas digitales y papel.
Para hacerlo de forma correcta es necesario que los padres, tutores o profesores tengan formación en el ámbito digital. Algo para lo que trabajan programas de formación como Segurescola o Educación Familia Digital.
¡Aprende a disfrutar de la lectura en cualquier formato!